Aunque tu vida es tuya, no es gratis.

Aunque tu vida es tuya, no es gratis.



Uno es lo que es hoy como consecuencia de las decisiones que tomó ayer, decía Virginia Satir. Por consiguiente si quiero ser una persona diferente mañana, añado yo, he de vigilar las decisiones que tomo hoy.



Cada decisión es el resultado de cómo manejamos nuestras creencias que dan paso a nuestros hábitos y comportamientos. Uno no cambia si no gana nada con ello, es cierto, por eso es interesante que nos entrenemos en visualizar un futuro mejor para emprender las mejoras ahora en el presente. Como los deportistas que visualizan como alcanzar su próximo record.



Claro que hay quien es ciego porque no quiere ver, (y menos visualizar). Por ejemplo, en cierta ocasión a un hombre que jugaba mucho al terrorismo emocional , que llevaba siempre cargadas sus armas de destrucción masiva y que disparaba con mucha frecuencia, sobre todo contra las personas que más le querían, le oí decir, que para qué iba a cambiar, que solamente lo haría cuando supiera con certeza lo que iba a ganar con ello.



Esa respuesta me llamó la atención sobre todo cuando presté atención a las presuposiciones que de ahí se desprendían:



a) Si no veía lo que iba a ganar con el cambio quiere decir que estando como estaba ganaba más.(Aunque sufriera con ello, e hiciera sufrir a los suyos)



b) Si tanto estaba ganando sin cambiar quiere decir que las personas que sufrían sus arrebatos le facilitaban eso que estaba obteniendo, tolerando y consentiendo que se mantuviera con su actitud de humillación y sometimiento contra ellas mismas.

Esto me llevó a una conclusión: cuando las personas consentimos que los otros se pasen de rosca con nosotros, no solamente contribuimos al problema sino que formamos parte del problema.

Y yo me pregunto ¿a quién le gusta formar parte de problema alguno? ¡Es absurdo!!!. Entre otras cosas porque si uno forma parte de algún problema puede ser la diana de otros muchos. ¡Puafff!!. Aunque ciertamente hay gente que prefieren ser problema a ser ignorados...haberlos, haylos.



Así pues, la vida nos pertenece, aunque hemos de ganarla , y claro para ganar algo ese algo ha de ser muy valioso ¿no?, entonces, es a lo que voy, hemos de hacer que nuestra vida sea valiosa, pues el hecho de que nos pertenezca no significa que sea gratuita, -que no valga nada-, por consiguiente hay que estar revalorizándola continuamente. ¿Cómo?, dando lo mejor de uno mismo en la medida que uno decida dar, esa medida la pone cadacual en función de lo comprometido que está con su propia vida.



Damos lo mejor de nosotros mismos cuando afrontamos desafíos y proponerse cambiar para ser mejor persona y hacer que tu vida funcione como la mejor vida que uno puede desear, es uno de los más importantes. Hablar de cambio es promoverlo, y callar el problema es conformismo. Dicen que todos quieren el cambio pero que nadie quiere cambiar, no se llega a entender que pudiendo llegar a ser un duro trabajo, y tal vez por eso, da un sin fin de satisfacciones, pues partiendo de su propia realidad, tal vez un poco precaria, uno consigue con sus sueños, sus deseos y esperanzas todo lo que le ennoblece y dignifica que es dignificar a las personas que le rodean y le quieren bien. No hay limitaciones porque hay soluciones para salvarlas.



Todo lo que está bien es susceptible de mejora y para conseguir una vida de la cual uno se sientas orgullos@ de vivir hay que saber decir "no" a lo bueno para decir "si" a lo mejor. ¿Para qué conformarse con menos???



Trata a un hombre como lo que es y lo seguirá siendo, trátalo como puede llegar a ser y lo será, dice el filósofo, empezando por uno mismo, añado.



María A.Clavel





























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martes, 25 de noviembre de 2008

El Violinista.

Tocar el piano no lo hacen a uno violinista, de la misma manera que para disfrutar de una vida plena no es suficiente vivirla. Para ser violinista,- un virtuoso en tocar el piano-, uno precisa disciplina y compromiso para desarrollar todas las habilidades que la tarea requiere. Para vivir una vida satisfactoria también hay que empeñarse en ello. Esto puede sonar a a sacrificio, y realmente lo es, desde: "hacerlo sagrado". Dicho de otro modo, hacer que la vida valga la pena ser vivida.

Os contaré una historia, es sobre un hombre que reflejaba en su forma de vestir la derrota, y en su forma de actuar la mediocridad total. Ocurrió en una gran ciudad de la vieja Europa, en una calle céntrica aunque secundaria. Este hombre, sucio, maloliente, tocaba un viejo violín. Frente a él y sobre el suelo estaba su boina, con la esperanza de que los transeúntes se apiadaran de su condición y le arrojaran algunas monedas para llevar a casa. El pobre hombre trataba de sacar una melodía, pero era del todo imposible identificarla debido a lo desafinado del instrumento, y a la forma displicente y aburrida con que tocaba ese violín.

Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salía de un teatro cercano, pasó frente al mendigo musical. Todos hicieron un mohín de disgusto al oír aquellos sonidos tan discordantes. La esposa le pidió, al concertista, que tocara algo. El hombre echó una mirada a las pocas monedas en el interior de la boina del mendigo, y decidió hacer algo. Le solicitó el violín. Y el mendigo musical se lo prestó con cierto resquemor.
Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas. Y entonces, vigorosamente y con gran maestría arrancó una melodía fascinante del viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y los transeúntes comenzaron a arremolinarse para ver el improvisado espectáculo. Al escuchar la música, la gente de la cercana calle principal acudió también y pronto había una pequeña multitud escuchando arrobada el extraño concierto. La boina se llenó no solamente de monedas, sino de muchos billetes de todas las denominaciones. Mientras el maestro sacaba una melodía tras otra, con tanta alegría.

El mendigo musical estaba aún más feliz de ver lo que ocurría y no cesaba de dar saltos de contento y repetir orgulloso a todos: "Ese es mi violín!, ¡Ese es mi violín!". Lo cual, por supuesto, era rigurosamente cierto.

La vida es como ese violín. Son nuestros conocimientos, nuestras habilidades y nuestras actitudes. Y tenemos libertad absoluta de tocar "ese violín" como nos plazca. Algunos, por pereza, ni siquiera afinan ese violín. No perciben que en el mundo actual hay que prepararse, aprender, desarrollar habilidades y mejorar constantemente actitudes si hemos de ejecutar un buen concierto. Pretenden una boina llena de dinero, y lo que entregan es una discordante melodía que no gusta a nadie. Esa es la gente que hace su trabajo porque "toca hacerlo", sin amarlo, sin respetarlo. Que cree que la humanidad tiene la obligación de retribuirle su pésima participación en el mundo, cubriendo sus necesidades a cambio de sus quejas (el ruído) y su falta de generosidad por no dar lo mejor de sí mismo (la melodía). Es la gente que piensa solamente en sus derechos, pero no siente ninguna inclinación a ganárselos.

La verdad, por dura que pueda parecernos, es otra. Tú y yo, y cualquier otra persona, tenemos que aprender tarde o temprano, que los mejores lugares son para aquellos que no solamente afinan bien ese violín, sino que aprenden con el tiempo también a tocarlo con maestría. Por eso debemos de estar dispuestos a hacer bien nuestro trabajo diario, sea cual sea. Y aspirar a prepararnos permanentemente para ser capaces de realizar otras cosas que nos gustarían. Ya no son excusas los contratiempos, pues gracias (y no a pesar de) ellos aprendemos. La historia está llena de ejemplos de gente que aún con dificultades iniciales llegó a ser un concertista con ese violín que es la vida. Y también, por desgracia, registra los casos de muchos otros, que teniendo grandes oportunidades, decidieron con ese violín, ser mendigos musicales.

La verdad es que todos tenemos "libre albedrío", capacidad de decidir, de elegir, y es que siempre estamos eligiendo, incluso cuando no lo hacemos, estamos eligiendo que los demás elijan por nosotros, y el resultado no necesariamente nos va a complacer, porque el otro elegirá en función de sus deseos, no de los nuestros, y puede que lo acierten y pude que no...

En esta historia, que el mendigo permitiera al concertista tocara su violín, aparentemente es una elección acertada, pero ¿qué pasó cuando el concertista siguió con su vida?.

Como siempre encontrarás en las historias su cara y su cruz. La cruz de ésta que te acabo de relatar es negarnos a afinar bien el violín de nuestra vida, dignificándonos al hacerlo y disfrutar de cómo la gente comparte nuestra melodía. La cara es comprender que, nos guste o no, solamente prosperaremos si afinamos bien nuestro violín, y aprendemos a aprender continuamente para que nuestra vida suene cada vez más armóniosamente.

¡Todo en la Vida, amig@s mi@s es cuestión de Actitud!

lunes, 10 de noviembre de 2008

La Segunda Oportunidad de Dios

En la pasada ocasión os hable de que la Suerte=Oportunidad+Preparación.
Desde esta reveladora fórmula uno tiene una única opción: estar permanentemente preparándose. Y es que, aunque no podamos controlar las oportunidades ni cuando llegan ni desde donde nos llegan, si podemos (es nuestra competencia) de prepararnos contínuamente, porque es el camino más viable para descubrir las oportunidades que el mundo nos brinda

Si bien el ser humano es limitado, su gran reto consiste en reducir las limitaciones al máximo, no sólo en cantidad, sino en intensidad.
Nuestra forma acomodaticia de vivir ha contribuido a todo lo contrario, a que cada vez nuestro círculo de influencia sea más estrecho y angosto, dando como resultado el adormecimiento de nuestra chispa creativa.

El mundo cambia con velocidad vertiginosa y lo que hoy es noticia mañana es historia, la mente necesita aprender a adaptarse con la velocidad que estos cambios requieren o pereceremos en el intento.
Estoy hablando de estar activos mentalmente, observando a nuestro alrededor porque las opciones están ahí, puede que no las veamos y por eso precisamos aprender a "ver" lo que hay y dejemos a un lado lo que "pensamos que hay".

No recuerdo exactamente en que momento leí una historia parecida a ésta, que puede ilustrar esta idea:
“En un tiempo no muy lejano, en otras tierras no tan distantes y de costumbres no tan diferentes, vivía hombre que un día decidió ir a quejarse a Dios, porque siendo un joven bueno, honrado, bien plantado y trabajador, no lograba hacer fortuna, ni conseguía que ninguna mujer quisiera casarse con él.
Un buen día, hizo un modesto hatillo y se puso en camino. Anduvo por ríos y valles hasta llegar a un bosque donde un lobo solitario le detuvo preguntándole:
- ¿ Dónde vas tan decidido?.
- Voy a quejarme a Dios. – Le respondió el joven, explicándole sus razones.
- Entiendo – dijo el lobo – Por cierto, ya que vas a verle, ¿podrías preguntarle a Dios, qué voy solitario, corriendo todo el día, buscando comida? ¿Por qué ha creado al lobo para dejarlo morirse de hambre?.
El joven le prometió que lo haría y emprendió el camino. Pasado algún tiempo se encontró con una hermosa joven que le preguntó:
- ¿ Dónde vas tan resuelto?.
- Voy a quejarme a Dios. – Le respondió el joven, explicándole sus razones.
- Te quiero pedir un favor – le respondió la joven – Ya que vas ante Dios, háblale de mi. Dile que siendo joven, hermosa y rica me siento melancólica y triste. Pregúntale qué he de hacer para sentirme feliz.
- Así lo haré – Respondió el joven y se marchó.
Un poco más tarde se sentó a la sombra de un árbol a descansar, Era un árbol muy pobre de hojas y algo desaliñado, comparado con los de su alrededor que eran grandes y frondosos, y tras preguntarle al joven a dónde se dirigía y escuchar sus razones, el árbol le dijo:
- Si ves a Dios ¿podrías hablarle de mi?. Dile que no entiendo cual es el sentido de mi existencia, ya que viviendo en un lugar tan hermoso, con luz y agua abundantes y una tierra tan fértil, ¿Qué he de hacer para llegar a ser como los demás árboles?.
- Te prometo que le contaré a Dios lo que te ocurre.– Respondió el joven al despedirse para seguir su camino.
Aún tuvo que andar unas cuantas jornadas hasta llegar a presencia de Dios y poder decirle:
- Sé que tratas a todos los hombres por igual, pero mírame, trabajo incesantemente día y noche, soy honrado y trabajador, y pese a todo no consigo hacer fortuna ni mujer que quiera casarse conmigo. ¿Dónde está tu justicia?.
- Te doy una segunda oportunidad para que seas rico, consigas una mujer que quiera casarse contigo y logres ser feliz. ¡Vuelve a casa!.
El joven se sintió profundamente agradecido y antes de emprender la marcha le expuso a Dios las preguntas del lobo, la joven y el árbol. Dios le respondió y el joven se emprendió entusiasmada el camino de regreso.
Cuando llegó al pié del árbol. Le transmitió la sabiduría de Dios:
- Dios me ha dicho que no puedes hacerte grande, robusto y frondoso como tus vecinos porque debajo de tus raíces se haya escondido una gran cantidad de pepitas de oro que te impiden alimentarte adecuadamente. Que te quiten ese oro y te desarrollarás debidamente.
- ¡Magnifico! – dijo el árbol - ¡Cava bajo mis raíces, quítame ese oro que me impide crecer y llévatelo lejos de aquí!..
El joven respondió:
- No puedo, he de volver a casa porque Dios me ha dado una segunda oportunidad.
Y dejando al árbol con su problema se fue raudo en dirección por donde vino hasta que se encontró con la rica joven desdichada.
- ¿Qué te ha dicho Díos para mi?.- le preguntó ésta.
- Me ha dicho que teniéndolo todo, juventud, belleza y riqueza, sólo precisas un marido, desear casarte con alguien con quien compartir tanta ventura.
- ¡Cásate conmigo!¡Eres buen mozo y honrado, déjame que lo comparta contigo!.
- ¡ Ni hablar! – respondió el joven - ¡ Me vuelvo corriendo a casa, que Dios me ha dado una segunda oportunidad y quiero aprovecharla!.
Y siguió su camino hasta encontrarse de nuevo con el hambriento lobo, quien le preguntó:
- ¿Qué te respuesta te ha dado Díos para mi?.
- Antes de contestarte te contaré lo que me ha pasado desde que te dejé.
Y después de describirle con toda suerte de detalles sus encuentros con la joven y con el árbol , antes y después de las respuestas de Díos, el lobo impaciente le preguntó:
- Pero, ¡Dime! ¿Qué solución te ha dado para mi?.
- ¡Ah, sí!. Díos me ha dicho que es tu destino, el de alimentarte de los idiotas que se crucen en tu camino.”
De este cuento se desprenden muchas conclusiones, a mi se me ocurren unas cuantas , pero creo que será más divertido para ti que tú saques las tuyas propias. ¡Disfruta con ello!.
Sólo un par de sugerencias de mi cosecha:
a) Procura no presentarte como un idiota ante lobo alguno, puesto que suelen estar casi siempre hambrientos y no son de los que dejan pasar las oportunidades.
b) Con esto no se pretende insinuar que si aprovechas las oportunidades que la vida te ofrece te vayas a convertir en lobo, pero, si, tal vez, en una persona con la sagacidad del lobo, y, esto resulta, después de todo, una idea bastante interesante, ¿no crees?.

Un afectuoso saludo a mis amig@s con Suerte

viernes, 7 de noviembre de 2008

La Puerta Negra

No sé si estareís de acuerdo conmigo en que vivimos en la cultura del miedo: miedo al terrorismo, miedo a la crisis, miedo al qué dirán, miedo al futuro, miedo a mi pareja, miedo por mis hijos... Nuestros representante politicos se ocupan mucho de eso; no hay una población más facilmente manipulable que cunado se le inculca creencias de miedo, miedo que nos paraliza, que nos ata de pies, manos y mente para poder manejarnos desde la mediocridad. Este es su juego favorito para poder sobresalir como los "salvadores", los más listos e inteligentes.
Se necesita ser mezquino para humillar a sus semejantes hasta ese punto con tal de que su cabeza sobresalga de la de los demás. Eso también es actuar desde el miedo.

En fin, para no desviarme del tema de hoy, un viernes cualquiera de un noviembre preñado de noticias y "cambios" (a veces se precisa cambiar un poco para que todo siga igual) quiero hablaros de una historia que me contaron hace mucho tiempo y que expresa con gran claridad el mensaje que os quiero transmitir:

Durante una de las tantas guerras que el hombre ha provocado a lo largo de su historia, un espía fué capturado y sentenciado a muerte por un general del ejercito traicionado. El general era un hombre inteligente y compasivo, tenía fama de justo y estaba en contra del cautiverio y la tortura, por lo que siempre le daba al condenado a que eligiera su destino; éste podía escoger entre el batallón de fusilamiento o atravesar la Puerta Negra.
No era una elección fácil, entre los horrores desconocidos que podían esperarle detrás de aquella siniestra puerta y la muerte rápida, decididido a terminar con esa angustia , eligió el batallón de fusilamiento.
Desde su despacho el general oyó el estruendo de una ráfaga de disparos anunciando que se había cumplido con la sentencia . Mirandose las botas con actitu triste se dirigió a su asistente diciéndole: "Hay que ver como somos los seres humanos, preferimos lo conocido que lo desconocido; el miedo a lo indefinido nos lleva a decisiones equivocadas. Nada de lo que nace del miedo trae buenos resultados."
El asistente estaba muy intrigado y sin poder contenerse le preguntó: "¿Qué hay detrás de la puerta, mi general". Éste le respondió: "La Libertad, y he conocido muy pocos con el suficiente coraje para tomarla".

Dicen que la suerte es la suma de la oportunidad y la preparación. Si no estamos preparados no sabremos reconocer las oportunidades. Si reconocemos las oportunidades y no estamos preparados, es más sencillo ya que sólo hay un camino: prepararse para aprovecharla. Por eso la suerte, entendida de este modo, es importante para tener éxito y prosperidad en la vida. Nadie nos va a salvar, nadie regala nada por nada. El camino más fácil no simpre es el mejor. El mejor camino es el que nos pone a prueba para vencer limitaciones y desarrollar nuevas habilidades. El objetivo no se mide por el momento del logro, sino por lo que has aprendido durante el recorrido hasta alcanzarlo.

Es hora de dejar de teorizar sobre la vida y ¡empezar a vivirla!. Tal vez, para ello, necesites reconocer tu propio coraje, por lo que te propongo un reto para cuando los fantasmas te paralicen : ¡aunque tengas miedo, házlo!.

Saludos amig@s valientes.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Para divertirse

Este es un espacio para divertirse, para compartir, para contar historias... y para sacar lo mejor de mi, que pueda expresar a partir de unas palabras bien intencionadas o ... no tanto... Porque a veces ser buena... es tan aburrido...

Decía Jung que prefería ser completo que perfecto. La perfección es un concepto rígido, parece que ya no le cabe nada más; como es perfecto ya no es necesario investigar más para mejorarlo, ¡es perfecto y punto!.

Hay personas que se las dan de perfectas cuando dicen algo así: "para no hacerlo bien, no lo hago", con lo cual se acostumbran a no hacer nunca nada, no se arriesga a equivocarse a "meter la pata" (sino se pondría en evidencia su no-perfección) y se priva de la riqueza de experiencias que trae consigo el aprendizaje por ensayo-error.

Ser completo significa aceptarse todas sus facetas que lo definen como un ser en proceso permanente de evolución: alegría/tristeza, valentía/cobardía, belleza/fealdad, simpatía/antipatía, activo/perezoso...Tratando un equilibrio entre ambas y que ninguna de ellas domine tu vida, como una forma de vivir, flexibiliza y sé lo que deseas ser en cada momento y contexto.

Por eso os invito a que empeceís a reiros de vosotros mismos, tomaros en serio lo que haceís y con sentido del humor lo que sois.
Lo que hacemos no es lo que somos. Somos más grandes que lo que hacemos. Somos la persona más importante de nuestra vida sin la cual no podemos vivir, y por tanto nos interesa llevarnos bien con nosotros mismos y establecer una relación de alegría y humor.

Saludos alegres amig@s